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Madrid, 23 de noviembre de 2010.- RP.- Ayer tuvo lugar en la capital el Salón de los
Vinos de Madrid que conmemoraba las dos décadas de existencia de la Denominación
de Origen. Para celebrarlo, el Salón fue inaugurado por la Consejera de Medio Ambiente,
Vivienda y Ordenación del Territorio, Ana Isabel Mariño, acompañada del Director
General de Medio Ambiente, Federico Ramos, y el presidente de la DO Vinos de Madrid,
Juan Bautista Orusco.

El presidente de la DO valora esta muestra con optimismo y opina que “hemos avanzado
mucho en cuanto a calidad y continuamos en esa dirección”, y presta especial atención a las
nuevas bodegas que “sacan vinos al mercado muy bien elaborados”, algo que es esencial
para triunfar en el mercado pero a lo que hay que unir visión empresarial.

Vinos de Madrid comercializa anualmente casi cuatro millones de botellas, aunque,
confirma Orusco (propietario de unas bodegas con su nombre en esta DO), “llevamos
unos años estancados y es a final de este año cuando esperamos un ligero repunte”. La
clave para el futuro es la exportación, ya que Madrid, afirma el presidente, se conoce
mucho fuera por diversas razones y eso ayuda a vender el vino.

Respecto a las zonas, Juan Bautista Orusco señala que el crecimiento del número de
bodegas en los últimos años ha sido más destacado especialmente en la subzona de San
Martín de Valdeiglesias, y en menor medida en la de Arganda.

Dos décadas y un “puñado de bodegas” cargadas de ilusión

Fue en 1990 cuando, tras una década de trabajo, un grupo pequeño de bodegas
conformó lo que es hoy una prometedora denominación de origen vinícola que, a ojos de
profesionales que visitaron el salón, está creciendo progresivamente en calidad.

En la muestra de ayer se presentaron nuevos vinos, como el último lanzamiento “anticrisis”
de El Regajal, llamado Tarai y aún sin etiquetar, y vinos de bodegas jóvenes y entusiastas
que están trabajando para lograr la máxima expresión de las variedades propias de las
tres subzonas madrileñas (Arganda, San Martín de Valdeiglesias y Navalcarnero), como
Bernaveleva y sus vinos de parcela elaborados con Garnacha, Marañones y sus notables
blancos elaborados con una variedad madrileña, la Albillo: Picarana y Piesdescalzos, ambos
fermentados en barrica, además de un tinto de Garnacha y Syrah llamado Treintamil
Maravedíes; elegantes vinos como los de Solera Bodegas, especialmente su Mouriz
Vendimia, o los tintos de Señorío de Valazul, Valazul y Fabio, una de las revelaciones del
salón. No faltaron vinos ya consagrados y más conocidos por el público, como el Finca
El Rincón, a base de Garnacha y Syrah, del que se pudo degustar la inédita añada 2006; la
gama de Tagonius, la de Jeromín y el cada vez más solvente Licinia, que presentó su añada
2008. Entre las curiosidades, el único vino “kosher” ecológico español, llamado Sefardí y
elaborado con garnacha por las bodegas Luis Saavedra.

El creciente nivel de los vinos madrileños se ve refrendado por la atención de la crítica
especializada, también en aumento, hacia las elaboraciones en esta Denominación. Gracias
al entusiasmo y cuidado de la savia joven encarnada en pequeños elaboradores que
prestan atención a la materia prima esencial, la viña, Vinos de Madrid está configurándose
una personalidad propia. La Guía Proensa 2011 ha puntuado por encima de 80
puntos (imprescindibles para salir publicados en sus páginas) cinco vinos de esta DO
pertenecientes a tres bodegas diferentes, un reconocimiento que avala la creciente calidad
de los vinos madrileños y una tendencia hacia su estabilidad que, eso sí, necesitará aún más
tiempo que estos veinte años ya recorridos. Aunque parezca una eternidad, en el mundo del
vino “20 años no es nada”, como dice la canción.