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Madrid, 3 de junio de 2011.- RP.- El sector del vino español tiene los próximos días 9 y 10 de
junio una cita con la protección del medio ambiente y la reducción de emisiones para luchar
contra el cambio climático. Por iniciativa de la Federación Española del Vino y el apoyo de la
Fundación para la Protección de las Viñas, el Medio Ambiente y los Consumidores (VIMAC),
la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), el salón Alimentaria y el
patrocinio de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) se celebrará en Barcelona
la jornada Wineries for the Climate Protection, una puesta en común de representantes
internacionales del sector del vino para comprometerse a luchar contra el cambio climático
que está afectando a la producción vitivinícola en la mayor parte del mundo. El encuentro
contará con el ex presidente de Chile y actual enviado especial de la ONU para el Cambio
Climático, Ricardo Lagos.

Para el secretario general de la FEV, Pau Roca, la sensibilidad del sector español del vino va por
delante de la de otros países por varios motivos, entre ellos que España es la mayor superficie
vitícola del mundo, que la viña española está muy integrada en el proceso de producción de las
bodegas y que el sector aquí está muy apegado al territorio: “además las bodegas españolas
viven en carne propia cómo el cambio climático afecta a cada añada”, comenta, y añade que
luchar contra este cambio es “ir mucho más allá de identificar la huella de carbono”.

El próximo jueves se firmará en Barcelona un manifiesto en el que los principales empresarios
vitivinícolas se comprometen a reducir su consumo energético y sus emisiones de CO2,
comenzando así un movimiento de concienciación global para proteger el medio ambiente. En
este manifiesto se contiene un decálogo con una serie de medidas generales que los firmantes
se comprometen a asumir: reducir sus emisiones de carbono por botella en un 20 por ciento
en el año 2020; construir aprovechando los recursos naturales y reduciendo el consumo
de energía y el impacto ambiental, integrando los edificios en el paisaje; utilizar fuentes
alternativas de energía y ahorrar consumo durante la producción; cultivar conservando los
recursos y el entorno, limitando el uso de productos químicos; reducir el consumo de agua
y los residuos; realizar una distribución eficiente usando transportes que consuman menos
combustible, investigar para utilizar menos recursos y emitir menos CO2 y concienciar al sector
en las buenas prácticas medioambientales.

El día después (10 de junio) tendrá lugar en el recinto Fira de Barcelona la jornada Wineries for
the Climate Protection, donde un grupo de expertos internacionales expondrá sus experiencias
y conocimiento en una primera puesta en común del vino mundial para proteger el clima. Este
encuentro se celebrará cada dos años en una zona vitivinícola distinta, donde se volverá a
ratificar esta declaración.

Entre los ponentes, representantes de bodegas como Moët&Chandon, Vega Siciclia, Codorníu,
Matarromera o Torres, además de otros expertos californianos, australianos y europeos que
intercambiarán sus experiencias. También se hablará en la jornada de las tendencias del

mercado respetuosas con el clima, pues según el coordinador de la jornada, Domingo Valiente,
el sector de la distribución vinícola también está empezando a exigir vinos procedentes de
bodegas sostenibles.

Uno de los ponentes de la Wineries for the Climate Protection, Carlos Moro, del Grupo
Matarromera, que es una de las bodegas pioneras en identificar la huella de carbono para uno
de sus vinos, el Emina Verdejo, considera que España está a la cabeza en la lucha contra el
cambio climático y que “nos ha costado encontrar bodegas extranjeras que hagan lo mismo
que nosotros y al mismo nivel”. Moro considera que la inversión requerida para luchar contra
el cambio climático es viable no solo para los grandes grupos vitivinícolas, y que hay multitud
de pequeñas bodegas ya concienciadas con el medio ambiente que están poniendo en marcha
mecanismos (desde calderas de biomasa, placas solares o abonos orgánicos) y métodos para
reducir su consumo energético y sus emisiones de CO2.