Se acerca el final de año y podemos afirmar que en éste el vino ha retomado una alta actividad, vamos, que parece como si poco a poco volviera la alegría. Y ante la cercanía del mes en el que todo parece enfollonarse, hemos vivido la urgencia por seguir presentando nuevas añadas, organizando catas y asistiendo a salones de lo más variados. Todo eso antes de diciembre, que en este mes ya se sabe que nos relajamos, nos entregamos al compromiso de la celebración y los vinos los queremos para eso, para disfrutar y celebrar, después de un año trabajando con ellos y en torno a ellos. Pero mi propósito es contaros todavía algo más antes de que llegue el nuevo año; estrenos hemos tenido y cosas ricas también.

VINOSDidier Belondrade se acercó hace pocas semanas a Madrid, acompañado de dos de sus hijos, Jean y Clarise, y la enóloga de su bodega, Marta Baquerizo, para presentarnos en petit comité la última añada del estandarte de su casa, el blanco Belondrade y Lurton 2014. El encuentro fue en un coqueto espacio reservado que tiene Juanjo López muy cerquita de su Tasquita de Enfrente, quien para la ocasión preparó unos curiosos bocatas en sintonía con la propuesta gastro de su otro local, El Porrón Canalla. En cuanto a los vinos, la añada 2014 de las tres elaboraciones de la firma: el rosado Quinta Clarisa, y los blancos Quinta Apolonia y Belondradre & Lurton.

Durante su presentación, Didier Belondrade, resumió la filosofía de su bodega en ocho puntos: trabajar solo con viñedo propio (unas 40 has), lo que les permite el control total y una producción ecológica; diversidad de suelos; vendimia totalmente manual; una interpretación personal de la verdejo, que les lleva a no mezclar parcelas y vinificar por separado (fermentando y criando en barrica, con selección de maderas incluida para cada una de ellas) respetando las propiedades que cada una pueda aportar al vino final, cuyo ensamblaje se realiza en junio; y tener una producción limitada. Elementos a los que añade “una buena red de distribución, nuestros embajadores”; un equipo de once personas “comprometido con el proyecto”, y el planteamiento de la bodega como un “negocio familiar en el que ahora están mis hijos”. “Esto para mí es importante porque un vino es una historia y ésta es la nuestra”, concluyó.

La primera añada de Belondrade (1994) sale al mercado en 1996, pero es dos años antes cuando se pone en marcha el proyecto, y las obras de la bodega finalizan en el año 2000 en La Seca (Valladolid). La elección de España para hacer vino responde al enorme atractivo que siempre ha tenido para Didier la verdejo, el clima y los suelos de Rueda. Belondrade y Lurton ’96 nace como el primer verdejo fermentado y criado en barrica.

Quinta Clarisa (9 €) es un rosado de tempranillo que hacen desde el año 2000 y cuyo nombre responde al de la hija pequeña de Didier. Un vino agradable, frutal, fresco, equilibrado, de paso fluido y buena intensidad en boca.

Quinta Apolonia (12 €) es el ‘segundo vino’ de Belondrade, siguiendo el estilo bordelés; esto es, las parcelas y uvas que se descartan para hacer Belondrade pasan a Quinta Apolonia. Lleva el nombre de la hija mayor y la primera añada fue en 2002. Es un vino de ensamblaje pues a los viñedos jóvenes que fermentan en depósitos de acero se añade un tanto por cierto del vino fermentado en barrica que, tras cuatro meses de crianza, no alcanza la estructura requerida para Belondrade. Ellos lo identifican como “otra interpretación de la verdejo”, y sale como Vino de la Tierra, no como Rueda. Limpio e intenso, donde sobresalen aromas de fruta blanca carnosa y de hueso, hierbas aromáticas y agradables notas cítricas. Equilibrado, fresco por su viva acidez, aromático y un paso de boca cremoso y frutal. Final de buena persistencia.

En cuanto a su buque insignia, Belondrade y Lurton (26 €), con una crianza de diez meses sobre lías en barrica francesa, y cinco meses en botella, es un vino complejo y con finura. Se muestra aún cerrado, con una marcada presencia de su paso por barrica (tostados, ahumados). Recuerdos de fruta madura y cierto toque exótico. Boca sabrosa y amplia, de buena estructura, con volumen y paso untuoso compensado por la acidez. Envolvente y persistente, con gran potencial de envejecimiento en botella, finalidad con la que está elaborado.

23600168Continuando en territorio francés, en esta ocasión de manera literal, también hemos estado en la presentación de la última añada de Dom Ruinart Rosé 2002 (240 €), el champagne rosado de la prestigiada firma gala Ruinart, la más antigua maison de champagne, fundada en 1729 por Nicolas Ruinart. Este vino, señala Amélie Chatin, enóloga de la casa desde 2010, “es la versión rosada de nuestro vino de prestigio (Dom Ruinart Blanc de Blancs)”. Con un 80% de chardonnay de los grand crus de la Côte des Blancs, pinot noir es el 20% restante. Con once años de envejecimiento, resulta intenso, vivo, con notas en nariz de frutas tropicales, fruta roja madura, pétalos de rosa, higo, dátiles, cítricos maduros (pomelo rosa). También aromas tostados, recuerdos de panadería y especiados. Un vino con volumen, buena frescura, fina burbuja, y amable persistencia.

Previamente había hecho acto de presencia Dom Ruinart Blanc de Blancs 2004 (130 €, aprox), ¡muy bueno!. Elaborado a partir de los mejores viñedos de chardonnay de la casa, este millésime solo lo hacen en las mejores cosechas y tiene nueve años de crianza en botella. Complejo, corpulento, muestra notas ahumadas, minerales, recuerdos florales, cítricos (pomelo) y a especias. Carnoso en la boca, elegante, opulento, con un estupendo equilibrio entre cremosidad y frescura, y de largo recorrido.

Xarel-lo. Roger GoulartNo abandono el mundo de las burbujas aunque ahora es a otro nivel y en nuestra casa. Se trata de las cavas Roger Goulart, en el Alt Penedés, y su nueva gama de cavas monovarietales (macabeo; parellada; chardonnay y xarel.lo), con una imagen sencilla, juvenil, fresca y moderna. Pertenecen a la cosecha 2011, resultado de la selección del enólogo y director de la cava, Pedro Muñoz. Es una edición limitada que presentan en un estuche con los cuatro vinos, y de los que tan solo Roger Goulart Xarel.lo (12 €) se puede adquirir de manera individual. Una elaboración sin pretensiones que me ha resultado bastante grata. Con una fina burbuja, presenta notas de fruta con hueso, madura, tostados y recuerdos de panadería. En boca es vivo, carnoso, con una acidez bien compensada, de paso fresco y persistencia media.

Para completar esta entrega, tengo además algunos tintos catados que me apetece compartir. Son tres nuevas añadas y el último tinto elaborado por Manuel Herrera (Finca Herrera Vignerons) en Cigales.

Desde Bierzo, Bembibre 2010 (23, 50 €) de Dominio de Tares. Un mencía de uvas procedentes de viñedos de más 80 años situados en Bembibre, capital del Bierzo Alto, localidad a la que debe su nombre. Con una crianza de 16 meses en roble francés, resulta un vino intenso, expresivo, con aromas de fruta roja, notas tostadas, especiadas y balsámicos. Amplia boca, tanino integrado y paso afrutado con recuerdos lácticos en el postgusto.

Tintos

La Rioja Alta ha sacado Viña Ardanza 2007 (20 €), tras la añada 2005, un tinto de tempranillo con 20% de garnacha. Tras 36 meses de crianza en roble americano de la tempranillo, y 30 meses la garnacha, el vino se embotelló hace cuatro años. El resultado, una elaboración expresiva y de gran intensidad aromática. Notas especiadas, de fruta en sazón y finas maderas. Boca sabrosa, con estructura, equilibrada, fresca, fruta carnosa, tanino integrado y paso amable. Final largo con recuerdos de su crianza. Una añada muy recomendable por rica.

Àn 2012 (30 €) nos traslada a Mallorca. Es la nueva cosecha de Ánima Negra (V.T. Mallorca), y vino emblemático de la bodega. Procede de viñas viejas de la autóctona callet y suelos pobres, y después de 18 meses en barricas francesas la etiqueta muestra un marcado carácter mediterráneo. Intenso en nariz, con aromas de frutas silvestres, hierbas aromáticas, recuerdos florales y monte bajo. Amplia boca, profunda, mineral, sedosa, sabrosa, de paso fresco y frutal. Taninos maduros y  postgusto largo y complejo.

Por último, Finca Herrera Garnachas 2014 (13,50 €) es la última creación tinta de Manuel Herrera, en esta ocasión en D.O. Cigales. Un vino elaborado con tres garnachas (90% tinta, 6% tintorera y 4% gris), de viñas en vaso de más de 90 años, plantadas en suelos pobres y arenosos, y una crianza de seis meses en roble nuevo francés. Aún se muestra joven, con marcados aromas de fruta roja y de su crianza. Notas lácticas, especiadas, recuerdos florales y viva acidez. La boca es fresca, balsámica, con estructura y un paso agradable.

Para mi próxima entrega, pienso en Navidad…