Madrid, 16 de mayo de 2013. MS. – Desde que Bodegas Riojanas firmase, en

2005, un convenio de colaboración con la Universidad de La Rioja para llevar a cabo

actividades científicas, técnicas y académicas en general, son varios los proyectos de

investigación en los que ha participado y en este momento trabajan para obtener la

huella sensorial de sus vinos con el fin de evitar el corcho y el Brett.

Durante los próximos tres años, investigadores del Grupo de Tecnología y Control

Analítico de Procesos de la Universidad de La Rioja van a trabajar en un proyecto

cuyo fin último será garantizar la calidad de los vinos top de la bodega mediante la

obtención de su ‘huella sensorial’. Para su desarrollo Bodegas Riojas ha aportado

90.750 €, además de adquirir dos equipos IMS (de Espectrometría de Movilidad Iónica),

necesarios para llevar a cabo el trabajo, uno de los cuales cederá al centro universitario.

Consuelo Pizarro Millán y José M.ª González Sáiz, catedráticos de Química Analítica

de la UR, van a llevar a cabo este proyecto, formalizado a través de la Oficina para

la Transferencia de los Resultados de la Investigación (OTRI) de la Fundación

de la UR, cuyo título es “Nueva técnica de control que permite obtener vinos de

envejecimiento sin alérgenos. Puesta a punto de un sistema de detección de haloanisoles

y fenoles volátiles (compuestos contaminantes) en bodega, basado en detección por

espectrometría de movilidad iónica”. Aunque de complejo, por técnico, nombre, su

finalidad es más sencilla por comprensible, esto es, garantizar la calidad de los vinos de

Bodegas Riojanas a través de la obtención de la ‘huella sensorial’ y evitar el ‘sabor a

corcho’ y el carácter Brett.

Pretenden identificar los 19 compuestos que definen y caracterizan sus elaboraciones

de alta gama para ver qué y en qué cantidades se encuentran en las muestras que

les proporcione la bodega. Con esta información la bodega podrá tomar decisiones

en la elaboración a partir de datos objetivos. Además, el equipo de Espectrometría

de Movilidad Iónica que requiere este estudio va a permitir también detectar los

compuestos contaminantes responsables del corcho y el Brett en los vinos, es decir,

los fenoles volátiles y haloanisoles. Para ello analizarán muestras de corchos, aguas

de lavado de las barricas, además de las barricas y de los vinos fermentados. Con

ello aseguran que se podrán prevenir esos defectos sin que lleguen a afectar a las

características organolépticas de los vinos.

Una vez validados los métodos de análisis se transferirán para su aplicación en Bodegas

Riojanas, y los investigadores de la Universidad de La Rioja formarán al personal

de laboratorio de la bodega para que sean ellos quienes realicen la medida de los

compuestos en sus vinos.