Madrid, 28 de febrero de 2012.- RP.- Hace ya más de una semana que dimitieron los vocales del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero y la Junta de Castilla y León es ahora quien tiene la palabra sobre si habrá o no elecciones anticipadas. Tanto el Consejo como Asebor, la Asociación Empresarial de Bodegas de Ribera del Duero mantienen, sin embargo, posiciones enfrentadas y aparentemente irreconciliables, al tiempo que sus manifestaciones públicas se ven contenidas por cautela ante la decisión aún no tomada por la Consejería de Agricultura y Ganadería de la JCYL.

De momento, el Consejo garantiza, según un comunicado, su normal funcionamiento y la garantía en la “gobernabilidad de la Denominación de Origen”, aunque el malestar reina en ambas partes enfrentadas por los últimos acontecimientos acaecidos, especialmente la aprobación de presupuestos para 2012. Aunque, según fuentes del sector, se trata de la gota que ha terminado por colmar el vaso.

Antecedentes

El pasado 3 de febrero los cinco vocales pertenecientes a Asebor dimitieron en bloque y el Consejo recurrió a los suplentes por parte del sector bodeguero, que rehusaron también sus nombramientos. Asebor provocó así que el Consejo quedara solamente con siete vocales, cinco del sector productor y dos del elaborador. La causa fue la aprobación de los presupuestos para 2012 del organismo regulador, con la que los vocales dimisionarios han manifestado su desacuerdo.

Una de las razones que argumentan y que comunicaron a las bodegas durante una reunión el pasado miércoles 22 de febrero es que los presupuestos aprobados son “muy preocupantes” teniendo en cuenta la situación económica actual. La principal fuente de ingresos del consejo son las contraetiquetas que se entregan a las bodegas y las tasas que se cobran a bodegueros y viticultores, y con la crisis y el descenso de las ventas de vino Asebor considera que se han elaborado basándose en unas estimaciones demasiado altas.

Piden también un cambio en los estatutos y que su representación sea “más justa” teniendo en cuenta el dinero que aportan (alrededor del 80 por ciento de los ingresos del consejo proviene de las bodegas) y sus dimensiones (hectáreas de viñedo y producción). En un comunicado emitido (desde aquí se ignora si para uso interno, puesto que a esta redacción ha llegado por canales no oficiales de Asebor) tras la reunión del pasado miércoles, Asebor quiere hacer ver su indignación porque el consejo siga funcionando sin la representación de las bodegas, algo que consideran poco legítimo aunque sea legal.

El Consejo argumenta, por su parte, que desde que se encarga este gobierno, con José Trillo al frente, de su gestión, todos los años el balance económico ha resultado positivo, y defiende su manejo de la tesorería y sus inversiones, una de las más polémicas, la de la nueva sede del Consejo en Roa de Duero, cuya inversión prevista roza los siete millones de euros, de los cuales 2,1 los aporta el este organismo y el resto la JCYL. Sin embargo, recuerda que los presupuestos se aprobaron por mayoría cualificada, que requiere ocho vocales, y que se han elaborado de forma “realista” y previendo la disminución en el número de contraetiquetas.

Este organismo defiende su “buena gestión” y “exhaustivo control” en el manejo de los presupuestos y habla de “buena salud financiera”.

Por otra parte, las cooperativas, también miembros del gobierno del Consejo, apoyan a éste y consideran una irresponsabilidad la dimisión de los vocales, defienden su representación y alaban la gestión del equipo actual.

Se trata de puntos de vista aparentemente irreconciliables tal y como está la situación, puesto que Asebor quiere más poder en el Consejo, acorde, según esta asociación, con su aportación económica, mientras que el organismo regulador defiende su gestión y su tratamiento de los presupuestos basándose en una situación constante de superávit económico. Una posición es la de la cautela ante el panorama económico general y del vino en particular, mientras la otra es la de la seguridad que aporta no haber tenido en años un balance negativo.