C/ Unión 5. Madrid.

Tel. 915 472 500

www.tabernapalocortado.es

 

Imprescindible para disfrutar del vino de Jerez. Un auténtico homenaje al generoso en todas sus variedades. Ya está, lo demás, a partir de aquí, sería secundario. palocortado-slide_0006_fullsizerender_3Y es que no hay otra dirección como ésta en la capital, con unas 80 referencias abiertas para tomar por copas de todas esas maravillas que se elaboran en tierra jerezanas.

Etiquetas que siguen conquistando, por el momento, a un todavía público minoritario aunque también es cierto que están de moda y por eso van ganando protagonismo, presencia e interés entre un curioso consumidor. En lo que a esta casa respecta, es lugar de peregrinación para todo aficionado y su éxito se debe al boca a boca, quien por allí pasa además de volver siempre lo recomienda.

La oferta es una locura por la tentación, desde las marcas más populares a tantas otras en absoluto conocidas pero que probar supone un placentero y auténtico descubrimiento. La artífice es Paqui Espinosa, la valiente que abrió Palo Cortado con el reclamo de los vinos de Jerez, con los que lleva trabajando décadas, y la cocina andaluza. Para quien no viva en Madrid, se encuentra en los aledaños del Palacio Real, en una calle a la que hay que ir porque no es de paso pero perfectamente localizada para quien quiere llegar a esta casa. palocortado-slide_0005_fullsizerender_2Abrió el pasado año y el establecimiento recuerda a las tabernas de antaño, de ladrillo visto y madera, con una barra alta a la entrada, donde se produce todo ese despliegue de vinos por copas en compañía de una carta de tapas, y un acogedor salón un paso más arriba para quien prefiera sentarse a la mesa. Aunque para mí el encanto y el ‘sabor’ están en esa barra, por el ambiente que ofrece porque en lo que a beber y comer (croquetas, papas aliñas, cazón en adobo, tortillitas de camarones, ensaladilla, rabo de toro…) se refiere es igual en ambos espacios, pegados uno al otro.

Una treintena de finos y manzanillas, más de veinte amontillados, otros tantos olorosos, palos cortados y algún dulce. Elegir resulta complicado con lo que la visita siempre se convierte en probar y catar varios…para lo que se hace imprescindible un poquito de picoteo. Sus precios por copas, adecuadas y bien servidas, van desde 1,80 € hasta lo que estemos dispuestos a pagar porque tiene auténticas joyas. Pero también incluye en la carta algún vino tranquilo, unos cuantos champagnes e incluso algún tokay húngaro para quien todavía no esté seducido por el mundo del Jerez…que tampoco es obligatorio…