El éxito de la primera edición de la Barcelona Wine Week, celebrada en febrero, lleva a sus organizadores a valorar una periodicidad anual de una feria que aspira a ser el gran escaparate del vino español. La feria que sustituye al viejo Intervin, ya emancipada de Alimentaria, se presenta como una propuesta novedosa.

Cerca de 15.600 visitantes, el 13 por ciento procedentes de 54 países, unas 3.200 reuniones de negocio, más de 130.000 copas catadas con Riedel, medio centenar de actividades programadas, unos 350 compradores internacionales, 550 expositores y 40 denominaciones de origen presentes son los grandes números de la primera edición de la Barcelona Wine Week (BWW).

El éxito, tras superarse con alivio los malos presagios por problemas de organización de un salón que no empezó a contratar hasta agosto del año pasado, ha llevado a estudiar convertir este encuentro ferial en anual. Se ha valorado la posibilidad de celebrarse en febrero del 2021 en el recinto ferial de Montjuïc.

La primera BWW, sin embargo, solo llenó uno de los dos pabellones previstos inicialmente tras independizarse este año de Alimentaria. La hasta ahora bienal Intervi se ha remodelado por la preocupante deriva a la baja que tuvo este salón en sus últimos años mientras el creciente número de actividades alrededor de la feria le iba restando peso e interés. Organizada por Alimentaria Exhibitions, ha contado, entre otras instituciones, con el apoyo de la Federación Española del Vino (FEV) y del ICEX España Exportación e Inversiones. Lo que sí se ha decidido ya es que se dará continuidad al nuevo formato, “dando importancia a los territorios”, según el presidente de la patronal Associació Vinícola Catalana, Valentí Roqueta.

El presidente de la BWW, Javier Pagés, ha destacado que el salón es “un escaparate de la excelencia del vino español”, y que quiere ser “el gran referente internacional de España”. Pagés ha hecho un primer balance “muy satisfactorio” de un salón que partía de “un concepto novedoso, de alguna forma rupturista, que suponía asumir riesgos”.

Por su parte, J. Antonio Valls, director general de Alimentaria Exhibitions, remarca “la buena aceptación” por parte de los profesionales del nuevo formato de un salón que “da cabida tanto a grandes grupos como a pequeñas bodegas, dando todo el protagonismo al vino”.

En la onda

La organización del salón se ha comprometido a reciclar la mayor parte del mobiliario utilizado en su próxima edición. Asimismo, ha colaborado con Ecovidrio –que ha recogido más de 10.000 botellas durante la celebración del salón- para fomentar el reciclaje de botellas y ha reducido el uso de plásticos de un solo uso.

La BWW ha puesto el foco también en el vino producido e impulsado por mujeres o en los elaborados naturales, ecológicos y biodinámicos. Gran expectación despertó la presentación de un estudio del sumiller canadiense François Chartier para demostrar científicamente que “el cava es un vino de prestigio idóneo para acompañar los sabores del mundo y crear armonías perfectas”. Se ha creado, en colaboración de la DO Cava, un mapa de la mejor coincidencia entre la comida mundial y los diferentes cavas.

Actividades en la feria

Pablo Franco, director técnico del Consejo Regulador de la DOC Rioja, dirigió una cata que repasó los avances regulatorios llevados a cabo durante los últimos años en cuanto a zonificación, fase que se inició en 1998 y que se culminó en 2017 con las actualizaciones de los vinos de zona y de municipio, así como con la aprobación de la figura de viñedo singular, la nueva mención para vinos ligados específicamente a una parcela o paraje concreto. La cata la abrió el presidente de la DOC Rioja, Fernando Salamero.

Por su parte, Mireia y Miquel Torres, miembros de la quinta generación de Familia Torres, impartieron una cata magistral de vinos elaborados con variedades ancestrales recuperadas para mostrar su potencial enológico y capacidad para afrontar el cambio climático.

Una cata sobre la crianza biológica al límite, dirigida por el enólogo de González Byass Antonio Flores; la presencia del editor ejecutivo de The Wine Spectator, Tom Matthews; una cata dirigida por el director técnico y enólogo de Legaris, Jorge Bombín, para presentar las nuevas añadas y novedades de su colección Vinos de Pueblo; la presentación del nuevo reposicionamiento de la imagen de Vallformosa o un acto que reunió a los sumilleres ex El Bulli, Ferran Centelles y David Seijas fueron otras de las propuestas de interés.

La BWW también contó con el Foro Cava. Dieta Mediterránea y Salud, en el que se concluyó que el cava, como vino espumoso, está considerado un alimento y su consumo moderado contribuye a potenciar los beneficios de la dieta mediterránea en un 25 por ciento. Este primer foro ha sido impulsado por la DO Cava y por la Fundación Dieta Mediterránea. El presidente de la DO Cava, Javier Pagés, destaca la importancia del valor de marca de la dieta mediterránea y del cava, que “pasa por la salud, la sostenibilidad, la cultura y la calidad de producto ligado al territorio”.

Fuera de programa

No faltó tampoco un programa off, actividades que coinciden con la celebración de la feria Destacó la cuarta edición del salón Las Mujeres del Vino en Barcelona, que atrajo a 289 personas. En este salón, celebrado en la barcelonesa Fábrica Moritz, participaron 27 bodegas. Por su parte, más de 20 bodegas llenaron una de las salas del hotel Sir Víctor de Barcelona en la quinta edición de la G-Night, organizada por la Associació Terra de Garnatxes. Y la primera edición de los Barcelona Rosé International Bubbles Awards, organizados por Vadevi en el marco de la Barcelona Wine Week likes de city!, premió al cava rosado Montesquius 1918 ’09, gran reserva brut nature, con la Gran Medalla de Oro.

Ramon Francàs

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