Vemos y apostamos más

No es un juego pero nos jugamos mucho. Desde nuestras cavernas individuales, el equipo de VadeVino Editorial seguirá en la brecha mientras el cuerpo aguante. En estos días de redoblado esfuerzo es más importante aún cubrir las largas horas de inactividad con algo que no sean lamentos, con una alternativa a los lamentables discursos políticos.

Gracias a nuestros artistas, el webero (especialista en web) de cabecera, Luis Carlos Barco, y el diseñador de la revista, David Montoya, hemos conseguido colgar en la web www.proensa.com la versión digital del número de PlanetAVino que hoy debería empezar llegar a los buzones. Ahí hay un ratito de lectura para los aficionados al vino. No nos parece suficiente y subimos la apuesta.

Desde hoy mismo vamos a añadir nuevos contenidos a esta página web. Vamos a recuperar artículos ya publicados en la revista y entregas del monográfico 100 cosas que hay que saber para entender el vino actual, el primero de los cuatro monográficos anuales publicado hasta ahora, que vio la luz en 2016 pero cuyos contenidos, salvo los que tienen que ver con estadísticas y poco más, nos parece que aún son vigentes.

Además iniciamos un modesto cursito de cata virtual destinado de forma especial a los no iniciados. El titulo Pierde el miedo a la cata expresa la filosofía de una serie de artículos que va a empezar a aparecer seguramente mañana mismo y seguirán apareciendo incluso después de terminar este ya largo periodo de aislamiento.

La idea es aportar cada día una referencia, un artículo preferible pero no necesariamente corto, que sirva de escape a la claustrofobia y aporte argumentos para disfrutar un poco más de las copas de vino que estamos degustando y las que nos falta por gozar.

Por si algún afortunado no tuviera tiempo para acudir a la cita diaria, los artículos se guardarán en dos nuevas secciones de la web, Pierde el miedo a la cata y Lecturas para minutos.

Con esto queremos aportar nuestro modesto granito de arena, que grano no hace granero pero ayuda al compañero. Hoy nuestro compañeros son los millones de españoles que, como nosotros, estamos enclaustrados. Y también lo son los lectores de cualquier lugar del planeta capaces de leer en español que no estén recluidos pero que, por desgracia, es posible que antes o después lo estén. A ellos, que también son visitantes habituales de esta página, queremos pedirles disculpas por las inevitables referencias locales que incorporan nuestros artículos.

Y, como obras son amores y no buenas razones, empezamos con un excelente artículo de Enrique Calduch sobre los vinos de Jerez que hacían su crianza en las bodegas de las naves que hacían las travesías oceánicas. Todo un lujo.

31 de marzo de 2020