.com2 de marzo de 2009

Mucho ha cambiado el concepto desde que las parejas sólo podían ser de dos tipos: de novios (cuando se casaban dejaban de ser pareja para ser matrimonio, como ahora) o de la Guardia Civil. Quim Vila ha introducido un nuevo matiz a esa unidad básica de equipo, el par, a través de su Premio Vila Viniteca de cata por parejas que en su segunda edición se ha celebrado en Madrid el pasado sábado, 1 de marzo. Un total de 85 equipos, es decir, 170 catadores optaron a las tres categorías de premios, dotados con 12.000, 4.000 y 2.000 euros, respectivamente.

El concurso de cata se celebró en el espectacular Salón Real del viejo Casino de la calle Alcalá de Madrid, el mismo escenario en el que tiene lugar cada dos años el concurso internacional de vinos Bacchus, organizado por la Unión Española de Catadores. Se desarrolló en dos fases, una previa y la gran final, reservada a las diez parejas que obtuvieran mejor resultado en el primer envite.

En la primera fase los catadores debían adivinar el país, la denominación de origen, las variedades de uva, la añada, el elaborador y la marca de un total de siete vinos diferentes, dos blancos, tres tintos, un espumoso y un generoso, de diferentes países.

En esa preliminar, rigurosamente ciega, sin que los concursantes tuvieran pista alguna sobre los vinos, cataron el champagne Bollinger Le Grande Année ‘99, de Bollinger (AOC Champagne, Francia); los blancos Belondrade y Lurton ’07, de Belondrade y Lurton (DO Rueda, España), y Dönnhoff ‘04, de Weingut Hermann Donhoff (Nahe, Alemania); los tintos Villa de Corullón ‘01, de Descendientes de J. Palacios (DO Bierzo, España); Leoville Les Cases ’99, de Château Leoville Les Cases (AOC Saint Julián, Francia), y Flor de Pingus ’06, de Dominio de Pingus (DO Ribera del Duero, España), y el oloroso Emperatriz Eugenia, de Emilio Lustau (DO Jerez, España).

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Diez parejas alcanzaron la final, que se celebró inmediatamente en el mismo escenario. Los veinte concursantes repitieron la prueba con nuevos vinos. En este caso los vinos a través de los cuales debieron mostrar su sabiduría fueron el cava Kripta ‘03, de Agustí Torelló Mata (DO Cava, España); los blancos Guitián Godello ’07, de Bodegas La Tapada (DO Valdeorras, España), y Coulée de Serrant ’05, de Nicolas Joly (AOC Coulée de Serrant, Francia), los tintos Roberto Voerzio Barolo La Serra ’99, la Cantina Roberto Boercio (DOCG Barolo, Italia), Harlan ’97, de Harlan Estate (Napa Valley, California, Estados Unidos) y Felton Road Cornish Point Pinot Noir ’07, de Felton Road Wines (Central Otago, Nueva Zelanda), y el dulce Zind-Humbrecht Pinot Gris Clos Saint-Urbain s.g.n. ’01, de Zind-Humbrescht (AOC Alsace Grand Cru Rangen, Francia).

Una prueba final para auténticos expertos que dictaminó a los ganadores. Los mejores fueron Luis Gutiérrez Santo Domingo e Ignacio Villalgordo Castro, colaboradores habituales de la web elmundovino.com, que se llevaron los 12.000 del ala del primer premio. Les siguió de cerca el equipo encabezado por Miguel Ángel Laredo, propietario de la taberna Laredo, de Madrid, que repartió la dote de 4.000 euros con Mario García. El tercer premio y 2.000 fue para Jesús Barquín Sanz, padre de la línea de vinos que se comercializan bajo la marca La Bota de…, y Víctor Franco Vives.

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El jurado estuvo presidido por Fernando Gurucharri, presidente de la Unión Española de Catadores (UEC), que colaboró en la organización del acto. Los miembros del jurado fueron Sandra Falcó, directora comercial de Pagos de Familia, la bodega del marqués de Griñón; Dirk Van Der Niepoort, director de Niepoort Vinhos (Portugal); José Peñín, de Pi & Erre; Juan Muñoz, presidente de la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres, y Juan Manuel Bellver, periodista y crítico gastronómico del diario El Mundo.

En paralelo al desarrollo de las pruebas, en otras zonas del Casino tuvo lugar un show rooom en la que los participantes que no pasaron la criba y un numeroso grupo de amigos de Vila Viniteca, periodistas y animadores de los concursantes (algunos de ellos llegaron acompañados de ruidosa claque) pudieron calmar sus nervios degustando los vinos de una serie de bodegas cuyos vinos son distribuidos por la casa organizadora del concurso.