La añada 2007 de los vinos de la región ribereña se considera una de las catas “más decepcionantes” por la publicación.Los críticos achacan los resultados negativos de la cata a la “inconsistencia de estilo” y el abuso de la madera

Madrid, 3 de noviembre de 2011.- RP. ACTUALIZADO EL 4 DE NOVIEMBRE A LAS 16.25 HORAS.- La revista inglesa Decanter, una de las decanas de la información vinícola de calidad y una de las más prestigiosas del mundo, ha publicado una aplastante consideración sobre la cosecha 2007 de los vinos de Ribera del Duero. En un artículo cuyo titular califica el análisis como “la cata más decepcionante” de la región que ha habido en la revista, los críticos participantes comentan sus impresiones sobre la zona y la situación actual de los vinos ribereños. Los resultados totales, aún inéditos, así como los vinos catados, se podrán consultar en su número de diciembre.

El panel de cata de Decanter, compuesto por respetados críticos y expertos vinícolas, ha examinado 106 vinos con crianza de la Ribera del Duero pertenecientes a la cosecha 2007. De ellos, solo dos alcanzan cinco estrellas, máxima calificación de la publicación, y 26 llegan a las cuatro estrellas. No obstante, sigue la revista en su versión digital, los jueces se han mostrado “duramente críticos con muchos de los vinos”.

El comprador de vinos españoles para The Wine Society, Pierre Mansour, es el autor de la frase que ha proporcionado el titular a Decanter: “ha sido la más decepcionante que he hecho en Decanter”. Añade que “para una región que se autoproclama a la cabeza de los vinos españoles, no esperaba encontrar tantos vinos pobres”. Para él, el abuso de madera está en el origen del problema: “en muchas de mis notas me pregunto ¿dónde está la fruta?”, en referencia a la prevalencia de las notas de crianza en la mayoría de los vinos catados.

Otro de los catadores, el colombiano Juan Carlos Rincón, es más suave con sus comentarios pero afirma que “me esperaba algo mejor. Estamos ante una región con reputación, un sitio que ha recibido muchas inversiones pero, particularmente, sus vinos de crianza han resultado decepcionantes”.

El enólogo Paco Casas, responsable de los vinos de Pago de los Capellanes, expresa su sorpresa ante esta conclusión por parte de los críticos, mientras asegura que habló con Rincón en privado y que éste le comentó que las catas habían salido bien. Esta bodega de Pedrosa del Duero ha participado en la cata, de la que aún se desconocen todos los vinos catados y sus puntuaciones, pero Casas afirma sentirse “indignado como los de la plaza de Madrid” por el juicio de los críticos de Decanter. Entiende, expresándose a título “personal e intransferible” que no se puede juzgar toda una región por una cata eventual de una añada en concreto que, además, no está entre las mejores de la zona.

Pago de los Capellanes Reserva es el vino con más puntuación de esta cata, pero Casas no evita “romper una lanza” por la Ribera diciendo que “reto a que me encuentren vinos en Borgoña con esta calidad y este precio” y defendiendo que “no se encubre la calidad con madera francesa”. En cuando al trabajo de la joven Denominación de Origen, lo califica de “irreprochable” aun siendo un organismo con una trayectoria corta en términos vinícolas, aunque, aclara “no discuto la opinión de estos profesionales, pero discrepo de ella”.

Las críticas continúan en boca de la Master of Wine Sarah Jane Evans, presidenta para España de los Decanter World Wine Awards, quien achaca a una falta de coherencia en el estilo esta impresión negativa de los catadores. Para Evans, acudir a una cata de la Ribera del Duero significa esperar confusión y no sabe encontrar el auténtico origen de los vinos: “me pregunto si algún día sabré que esto es Ribera del Duero”, a pesar, comenta, del trabajo que se está haciendo, del dinero invertido y las bodegas “llamativas” que se han construido en estos años.

Otro de los comentaristas vinícolas de vinos españoles más respetados, John Radford, apostilla que muchos elaboradores pensaban en la madera francesa como la panacea para todo y añade que “si no estás contento con el vino, le das doce meses de barrica francesa nueva y arreglado. Pues no”.

Para Radford, sin embargo, este no es solo un problema regional, sino endémico en España durante años, algo con lo que está de acuerdo el director de la editorial Vadevino, propietaria de PlanetAVino y de este sitio web y único responsable de cata en la Guía Proensa, Andrés Proensa, aunque afirma estar, en su mayoría, de acuerdo con la opinión de los expertos de Decanter: “es evidente que el nivel de la Ribera del Duero ha bajado, ha aumentado el número de vinos mediocres en la región”, comenta, y alude también a la cantidad de vinos “castigados” por la madera y procedentes de viñedos plantados en lugares poco idóneos para la vid, lo que da como resultado “vinos con poca estructura, taninos duros, muy huecos, y esto es hoy lo que sustenta las ventas de la Ribera del Duero”.

Para el enólogo Mariano García, actual responsable de Aalto aunque elabora vinos fuera de la DO Ribera del Duero, es sorprendente esta impresión de los catadores “pensé que los ingleses acogerían bien las añadas 07 y 08 porque son vinos más atlánticos, que se ajustan más a su perfil de gusto”. Respecto al abuso de madera francesa, García también discrepa diciendo que no todas las bodegas pueden permitírselo por la inversión anual tan fuerte que supone. Defiende además la labor de las bodegas de calidad: “aquí lo que hay son uvas mejores y peores”, comenta.

Proensa, que confirma la aparición de un amplio reportaje sobre esta región castellana en el próximo número de PlanetAVino, comenta que de 300 vinos que se han catado para la publicación española, hay 50 por encima de 90 puntos de esta revista, un alto nivel de exigencia en comparación con otras publicaciones similares del país. Añade que “no hay que cebarse con Ribera, puesto que junto a vinos mediocres hay grandes vinos en esta región, y esto pasa también en Borgoña, Burdeos y en muchas regiones de Italia”. La cata de PlanetAVino no se centra en una añada concreta como la de Decanter, pero según Proensa ha habido suficientes vinos de alta calidad para cortar por encima de los 90 puntos, que, puntualiza, “no son como los 90 puntos de Peñín” (en referencia al porcentaje de altas puntuaciones que se reflejan en la Guía Proensa y uno de sus productos competidores, la Guía Peñín).

“Estoy tan de acuerdo con los catadores de Decanter que confieso que me da pereza catar vinos ribereños de media crianza”, comenta Proensa. “Algunos no deberían llevar la misma etiqueta que los Aalto, Parcela el Picón de Pago de los Capellanes o Malleolus, es como comparar a Dios con un gitano”, asevera el crítico español.

Aun así, recuerda que, frente a la solera de regiones como Burdeos o Borgoña, Ribera del Duero es aún una región joven, la denominación tiene apenas 30 años y no está, en términos vinícolas, consolidada al mismo nivel que otras zonas. Sin embargo, esto se empaña por el empeño de los organismos reguladores en mostrar cifras de comercialización que muestran crecimientos espectaculares, en ocasiones, mientras se elude hablar de las bajadas del precio medio para alcanzar esas ventas.