Madrid, 26 de noviembre de 2015. – Desde el pasado año, Hacienda Monasterio, con Carlos del Río González-Gordons a la cabeza, es el accionista mayoritario de Montecastro Bodegas y Viñedos, asentada en la Ribera del Duero hace quince años. Finca1En ese momento asume también la dirección enológica, y Montecastro 2012 es el primer vino elaborada en exclusiva por el nuevo equipo profesional. Su objetivo, anuncian, “hacer vinos más asequibles de alta calidad”. Así lo explica Carlos de la Fuente, director técnico de la bodega y quien trabaja estrechamente junto a Peter Sisseck en Hacienda Monasterio.

Montecastro, asentada en el municipio vallisoletano de Castrillo de Duero, cuenta con 27 hectáreas de viñedo propio, de catorce años de edad, a una altitud de entre 860 y 923 metros y donde predominan los suelos pedregosos y calcáreos. El 90% de la viña es tinto fino, y el 10% restante se completa con cabernet-sauvignon y merlot. En la bodega sólo trabajan con depósitos de hormigón con lo que se asegura, dice De la Fuente, la regularidad en la temperatura, se evitan cambios bruscos, y se potencian los valores frutales. Por el momento, como venía sucediendo hasta ahora en la bodega, continuarán elaborando dos vinos, una crianza, que será su genérica, explican, y la reserva. La producción de cada uno, 50.000 botellas. Montecastro botella

Montecastro Crianza (16) se compone de un 95% de tinto fino y un 5% de merlo, y ha permanecido 18 meses en roble francés nuevo en un 60% y de segundo año un 40%.  Barrica nueva en un 60 por ciento y de segundo año en un 40. “En este vino buscamos fruta, frescura, reflejo de la tierra de la que procede”, explica el enólogo. En cuanto a la añada 2012, actualmente en el mercado, resulta golosa, compleja, equilibrada, con buena persistencia. Volumen en boca, acidez compensada y paso amable.

Respecto a la siguiente añada, 2013, catada en primicia, y que no saldrá hasta pasado el próximo verano, está mucho más viva. Ya embotellada, muestra notas balsámicas, de fruta roja, lácticos, buena frescura pero también un taño por pulir en una boca, aún, con mucho nervio. En todo caso, le queda un año por delante…

En el caso de Monte castro Reserva (23 €) procede de una selección de pagos, y a un 90% de tinto fino suman un 10% de cabernet sauvignon, variedad en la que confía mucho Carlos de la Fuente para hacer vinos de guarda por el potencial que le reconoce. Luego, de cara a la crianza, en su mente está combinar, en un futuro, el empleo de barrica francesa con americana, “a medida que ésta vaya siendo más vieja, esto es, alcancen unos diez años”. De momento, la añada 2009 es obra del equipo enológico anterior. Un vino rico que se encuentra en su momento de consumo. Concentrado, complejo, con estructura. Presenta aromas lácticos, de fruta madura, y recuerdos balsámicos. Amable, fino, con una golosidad bien compensada por una boca fresca.