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Madrid, 23 de febrero de 2011.- RP.- El próximo 20 de marzo se celebrará en el Casino de
Madrid la cuarta edición del Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas, el “concurso de cata más
divertido que hay” según Ignacio Villalgordo, uno de los participantes de varias ediciones y
ganador de la primera junto a Luis Gutiérrez (ambos del portal elmundovino.com).

Este encuentro se celebra desde el año 2008 alternativamente en Madrid y Barcelona y
convoca a más de un centenar de parejas que tienen que llegar a un acuerdo para identificar
los siete vinos (dos blancos, tres tintos y dos vinos especiales que pueden ser champagne,
cava, jerez, oporto o vinos fortificados o generosos de otro tipo) que componen la primera
fase de degustación. En esta edición, para la que aún no se ha cerrado la inscripción, ya hay
confirmadas 102 parejas a día de hoy, aunque la organización espera alcanzar o superar las
120 del año pasado.

Los concursantes, amantes del vino que proceden de diferentes sectores no necesariamente
relacionados con él (hay sumilleres y periodistas, profesionales de bodega, pero también
se cuentan simples aficionados que dedican su ocio a catar y conocer vinos del mundo,
desde profesores de derecho penal a economistas) hablan de la Cata por Parejas como un
encuentro en el que lo que importa es pasarlo bien y tener la oportunidad de catar vinos raros
y particulares. Son vinos que selecciona personalmente Quim Vila, propietario de la tienda de
vinos Vila Viniteca que promueve el concurso e inspirador de éste: “solo unas tres o cuatro
personas de la empresa conocemos los vinos que se van a catar en el concurso”, explica Vila,
pues se trata de evitar trampas o filtraciones. Ni siquiera los miembros del jurado (el periodista
y corresponsal de El Mundo en París, Juan Manuel Bellver, el presidente de la Unión Española
de Catadores, Fernando Gurucharri, el presidente de la Unión Española de Asociaciones de
Sumilleres, Juan Muñoz, la bodeguera Xandra Falcó y el crítico vinícola José Peñín) conocen
por adelantado los vinos y durante la celebración del concurso también “juegan” a acertar de
cuáles se trata.

La cata

Los participantes realizan una cata a ciegas de siete vinos, servidos los blancos y tintos en el
mismo tipo de copa (chianti) y en copas adecuadas a cada vino especial que se ponga sobre la
mesa. Pueden servirse vinos de cualquier parte del mundo, no necesariamente del catálogo
de Vila Viniteca, pero siempre “los vinos que me gusten a mí” aclara Vila respecto al perfil
de las muestras de cada año. A lo largo de hora y media como máximo las parejas habrán de
ponerse de acuerdo para indicar, de saberlo, el país, la zona de origen y denominación, las
variedades, la añada, el elaborador, la marca y añadir además un comentario de cata que sirve
de complemento para que el jurado decida en caso de empate.

Las diez parejas que más puntos obtengan en esta primera fase pasan a una segunda con
otros siete vinos para catar, y de ahí saldrán los tres ganadores. Desde el año pasado en que se
aumentó la dotación del premio, la tercera pareja clasificada obtendrá 2.000 euros, la segunda

5.000 y la primera 15.000 euros, además de un viaje que este año será a la región húngara de
Tokaj, a la bodega Château Derezsla. Los 10 finalistas reciben también un lote de vinos.

La convocatoria además cuenta con una atractiva distracción para aquellos que aún no se han
atrevido a presentarse a la cata y para aficionados al vino en general. Desde por la mañana,
una treintena de bodegas de diferentes regiones españolas pondrán a disposición del público
algunos de sus vinos para ir animándose a catar.

Las parejas que se atrevan y confíen en llegar a un acuerdo en sus criterios de cata pueden
apuntarse aún en la web de Vila Viniteca.