Portocristo, 15 de febrero de 2011.-Cuvivit.-
En la llamada isla de la calma existen todavía riquezas vinícolas únicas, por descubrir y sobretodo por evolucionar, las irrepetibles variedades autóctonas. En muchos lugares del mundo reciben tal adjetivo las variedades de uva cultivadas ancestralmente por sus antepasados pero que realmente son genéricas en muchas zonas o D.O. He aquí la riqueza de Mallorca, lugar donde viven aisladas variedades que solo es posible encontrar aquí, y que además no son pocas. Como ya consagradas tenemos el Manto Negro, el Callet , el Fogoneu, la Malvasia de Banyalbufar y el Prensal (variedades autorizadas) y a la espera de buenas noticias la Gorgollassa, Goró Blanc, Giro Negre, Escursac entre otras (increíblemente desautorizadas).

El desconocimiento de estas, reside en la ciega confianza hacia las variedades foráneas que todos conocemos, que han estado tan de moda y que por el camino han enmascarado sus posibilidades y peculiaridades. Afortunadamente algunos productores visionarios, en busca de personalidad, empezaron hace ya algún tiempo a experimentar con algunas de ellas y actualmente podemos encontrar en el mercado algunas referencias monovarietales o cupages donde se consiguen resultados con identificación única. Curioso destacar las trabas o incluso penalizaciones que algunos de estos productores han sufrido por las administraciones “públicas”, después del arduo camino de experimentar durante años hasta conseguir buenos caldos. ¿no son las administraciones públicas y locales las que deberían velar por la singularidad, elevar el estandarte de un producto sin precedentes, servir como percutor para el crecimiento de estas producciones y fomentar el agroturismo de calidad? Pero bien, el tema que nos ocupa es el vino hecho de variedades autóctonas. Algunos y cada vez mas, nos sentimos orgullosos y agradecidos por el legado vinícola que hay en Mallorca.

Son cada vez mas los productores que quieren identificarse con este tipo de vinificaciones tan singulares, cosa que nos beneficia a todos, pero cuidado, no está bien aprender del vecino que ofrece sus conocimientos generosamente, para luego colgarse la medalla de pionero. Hay que ser mas honestos y hacen falta algunas curas de humildad. Para terminar, el destacar que el vino mas reconocido de la isla, en el exterior está hecho con Callet, O que en el primer certamen del concurso de vinos de Mallorca- Tellus- el primer premio se lo llevó un Callet, que competía por este puesto con variedades de las denominadas mejorantes. En mi opinión, las mejores bodegas de las isla, son precisamente las que llevan años recuperando, replantando y vinificando algunas de estas variedades autóctonas, haciéndose cargo de los fracasos hasta el haber conseguido buenos productos, ofreciendo a las nuevas generaciones mas riqueza y singularidad enológica. A todos ellos GRACIAS.