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Madrid, 27 de septiembre de 2013. AP.- Tras casi dos años como director

general de la firma, desde finales de agosto Juan Vicente García Carrión es el

accionista mayoritario de Bodegas y Viñedos Casa de la Ermita, de la DO Jumilla.

“El otro García Carrión”, hermano de José, el propietario del grupo formado en

torno al famoso Don Simón, incrementa su negocio vinícola, sustentado en una

envasadora de vinos comunes en Guinea Ecuatorial y en la bodega Hacienda del

Carche, también en la DO Jumilla.

Juan Vicente García no ha adquirido la totalidad de las acciones de la firma

jumillana. La operación supone la toma del 62 por ciento de las acciones y la

permanencia como socios de los anteriores accionistas. Según se ha podido saber,

la compra ha tenido una aportación limitada, 800.000 euros, pero también implica

el compromiso de asumir las obligaciones de la empresa, que ha superado un

periodo de dos años en concurso de acreedores, y las inversiones para reflotar la

firma y las marcas.

El accionariado se completa con pequeñas proporciones de los anteriores

accionistas mayoritarios, Inversiones Ibersuizas, Caja Murcia, Mapfre y los

fundadores de la bodega, que eran los cuadros directivos de las diferentes áreas de

producción y comercialización de los vinos Casa de la Ermita.

En el lanzamiento de Jumilla

Bodegas y Viñedos Casa de la Ermita fue una de las protagonistas en la etapa de

despegue de la DO Jumilla. Fue fundada en 1999 y a finales de ese mismo año puso

en el mercado sus primeros vinos. Con un viñedo que alcanzó las 150 hectáreas,

situado en el valle del Carche, uno de los pagos más destacados de la DO Jumilla, la

bodega fue una iniciativa de Pedro José Martínez, destacado dirigente del sindicato

agrario Unión de Pequeños Agricultores (UPA), junto con otros tres inversores, y

contó desde el principio con la dirección técnica de Marcial Martínez Cruz, también

copropietario, que ya había destacado en su etapa como enólogo de Bodegas

Agapito Rico.

Fue una bodega ambiciosa, pionera en aspectos como la introducción de nuevas

variedades de uva (Viognier y Petit Verdot) o la comercialización de vinos de

bajo contenido alcohólico (el proyecto Altos de la Ermita, un tinto parcialmente

desalcoholizado, lanzado en 2008). Además se convirtió en la casa central de un

grupo al que se incorporó en 2006 Bodegas y Viñedos Casa de las Especias (DO

Yecla) y más adelante Bodegas y Viñedos de Murcia (vinos de mesa, con sede en

Yecla), Dominio de la Peseta (sin bodega, comercializaba vinos de la DO Alicante)

y hasta una filial en Estados Unidos, toda ellas actualmente sin actividad y con la

firma de Yecla en venta.

Eran bocados muy grandes, pero el inquieto Pedro José Martínez buscó socios y

en julio de 2003 se incorporó Inversiones Ibersuizas, un grupo liderado por el

Banco Pastor, que tomó el 55 por ciento de las acciones. Dos años más tarde, otra

ampliación de capital incorporaba al accionariado a Caja Murcia y a la aseguradora

Mapfre, que volvía al mundo del vino tras un periodo en que fue accionista de

Bodegas Muga (DOC Rioja).

Las incorporaciones abrieron una etapa de inversiones, como el turismo rural

y otras, y la firma se las prometía muy felices. Sin embargo, la dirección muy

personal de Pedro José Martínez, su apuesta por proyectos de dudosa viabilidad,

como la compra y puesta en marcha de las filiales en zonas vecinas o el proyecto

Altos de la Ermita, y las dificultades económicas acabaron con la sustitución del

responsable de la firma justo cuando Bodegas y Viñedos Casa de la Ermita cumplía

diez años. Dejó la dirección de la casa pero mantiene una pequeña parte de las

acciones.

Otra nueva etapa

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El periodo posterior ha sido un lento pero inexorable declinar de la bodega y ha

estado marcado por las dificultades financieras, con casi dos años en concurso

de acreedores, y por la ralentización en el lanzamiento de nuevas cosechas, que

ponía en evidencia las dificultades comerciales. Y todo ello era acusado por la

calidad de los vinos y su presencia comercial. La mejora en todos los aspectos

y la recuperación de la imagen es la ardua tarea que ahora tiene por delante la

bodega. Y lo hará con medios propios, sin contar ya con apoyo alguno de una

Administración autonómica que se limita a acumular las facturas que debe.

La entrada de Juan Vicente García Carrión abre una tercera etapa en la trayectoria

de menos de quince años de esta casa. El nuevo accionista mayoritario aporta

experiencia en vinos comerciales y también en vinos de calidad. Su trayectoria

familiar en el mundo del vino jumillano se remonta a finales del siglo XIX pero

en los años ochenta se separó del grupo presidido por su hermano, José García

Carrión (que envasa Don Simón, cuenta con bodegas en varias zonas y comercializa

vinos de diferentes denominaciones de origen), y puso en marcha una envasadora

de vinos y zumos de frutas en Guinea Ecuatorial, donde trabaja con vinos a granel y

mostos concentrados importados sobre todo de España y produce cerca de veinte

millones de botellas al año.

En 2006 fundó junto con otros dos socios (un empresario canario de

supermercados y un comercial independiente de vinos) Hacienda del Carche, una

de las firmas destacadas de la nueva generación jumillana. Bodega de moderna

concepción, situada también en el valle del Carche, a corta distancia de su nueva

propiedad, con cien hectáreas de viña y una gama de productos que incluye vinos

Hacianda del Carche y Tavs, aceite, vinagre y mermeladas de vino.