Una treintena de bodegas, de las 45 que componen la DO, presentan sus vinos a aficionados y profesionales.

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Madrid- 29 de noviembre de 2011.-RP.- Ayer tuvo lugar en el Palco de Honor del Estadio Santiago Bernabéu de Madrid la décimo tercera edición del Salón de los Vinos de Madrid. Un total de 30 bodegas acudieron con sus nuevas marcas y añadas que presentaron ante aficionados al vino y, sobre todo, profesionales de la hostelería, la restauración y la información vinícola.

Una Denominación de Origen, tres Subzonas de elaboración

Las bodegas madrileñas proceden de tres subzonas claramente diferenciadas, tanto en los suelos donde crecen las viñas como en el clima y las pendientes donde se encuentran las parcelas de viñedo.

Por un lado se encuentra Arganda, que de momento agrupa la mayor concentración de bodegas de la Denominación, y donde se elaboran vinos principalmente con la uva Tempranillo. Entre las bodegas más destacadas de esta región se encuentra Tagonius, El Regajal, Gosálbez Orti, Jesús Díaz, o Jeromín, y algunas incorporaciones recientes como Señorío de Valazul.

En Navalcarnero se elaboran vinos sobre todo de Garnacha y Tempranillo, y se encuentran las bodegas de Pagos de Familia Marqués de Griñón o Ricardo Benito, entre otras.

En la región de San Martín es donde más movimiento de bodegas nuevas está habiendo y es la subzona madrileña que más está dando que hablar a la crítica, especialmente por la calidad de sus vinos de Garnacha elaborados por nuevos productores como Bernabeleva, Marañones, o Las Moradas de San Martín, además de vinos ya solventes en la zona como los de Luis Saavedra o la Cooperativa de San Martín, Álvaro de Luna.

Entre todas las bodegas de la Denominación, un total de 45 aunque se esperan nuevas incorporaciones, Vinos de Madrid comercializa casi cuatro millones de botellas de vino con un centenar de marcas diferentes.

Sierra de Gredos, la garnacha de la diferencia

La subzona de San Martín de Valdeiglesias pertenece a Vinos de Madrid pero a pocos kilómetros a la redonda se encuentran otras bodegas que pertenecen administrativamente a Ávila y a Toledo. Todas ellas tienen en común un suelo con un componente alto de granito y la proximidad y protección de la Sierra de Gredos, que aporta, según los elaboradores, un carácter distinto a los vinos que se elaboran en esta región.

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Nuevas bodegas y proyectos ambiciosos, aunque en forma de pequeños elaboradores, están apostando por la Garnacha de la Sierra de Gredos para hacer unos vinos con personalidad, alejados, hasta cierto punto, de la imagen tradicional de los vinos de Madrid.

Uno de los enólogos que trabaja en esta zona, Marc Isart, titular de Bernabeleva, afirma que “más que de Madrid, somos de Gredos” en referencia a ese punto distinto en sus vinos. “Queremos explicar un pueblo” a través del vino, comenta este catalán emigrado a San Martín de Valdeiglesias.

Para él, la diferencia radica precisamente en el suelo de granito, porque aporta nervio a los vinos y da sensación de frescura, similar a la que tendrían vinos con mayor acidez. Otro de los elementos, añade, es la altitud y la cercanía del monte, en referencia a las laderas cerca de la sierra de Gredos.

Como él, otros elaboradores de la región, ya sea de la parte toledana (Méntrida) o de la abulense (Navaluenga, Cebreros) están apostando por estos vinos diferentes cuya clave es la singularidad de sus Garnachas.