En ejercicio del derecho de réplica que nos asiste, quienes hemos sido miembros de la candidatura alternativa a la del señor Gurucharri en las últimas elecciones a la Junta Directiva de la UEC, queremos poner de manifiesto –desde el pragmatismo de los puros datos— el cúmulo de inexactitudes y también algunas mentiras que contiene el artículo titulado ‘Gurucharri despeja dudas’, publicado en www.proensa.com el 13 de julio de 2012.

Para empezar, negamos la mayor: independientemente del resultado de la votación –que luego comentaremos—, la Junta Directiva saliente demostró una vez más en la Asamblea celebrada el 12 de julio, que se sigue moviendo en el oscurantismo económico –de las demás actividades no tenemos ninguna noticia— y que su gestión desastrosa en ese campo puede llevar a la asociación a las puertas de su disolución después de 26 años de vida.

Empieza usted, señor Proensa, calificando de insidiosa, fea y desagradable, nuestra campaña, cuando ésta se ha limitado a un documento de 3 páginas, con una información necesariamente limitada y que muchos Socios habrán recibido a destiempo, ya que la Junta saliente ha jugado muy bien con todos los resortes legales que les ofrecían los Estatutos.

Así, no tuvimos en nuestro poder las Cuentas Anuales hasta el 27 de junio a última hora de la mañana y debiendo ir a recogerlas personalmente a la sede de la UEC, ya que allí parecen ignorar el uso de la comunicación electrónica. Para nosotros era un dato fundamental, ya que sospechábamos que la gestión económica de 2011 había sido muy deficiente, por algunas informaciones que habíamos recibido varios meses antes (retrasos en el pago de nóminas, profesores e incluso alquileres de la sede). Eran informaciones muy preocupantes, porque el ejercicio 2010 se había cerrado con una disponibilidad en caja y bancos superior a 128.000 €

Todo tuvo suexplicación cuando vimos el resultado de 2011: unas pérdidas de 154.642,72 €, fruto de unos ingresos de 272.157,59 € y unos gastos de 426.800,31 €. Nunca habíamos llegado a suponer tamaño desastre.

Estamos seguros de que una gran mayoría de los socios no ejerció su derecho –como sucede todos los años–, de pedir y examinar esas Cuentas. Y aquí viene a cuento lo que comentábamos al principio sobre los votos recibidos: en esta ocasión se contabilizaron un total de 216 votos válidos, de los cuales 116 se habían recibido por correo. Quedan 100 votos presenciales, pero el número de asistentes y votantes en la Asamblea fue de solamente 29 personas, 12 de ellas integrantes de las candidaturas en litigio y solo 17 socios de ‘a pie’. ¿Por qué es importante este desglose?

Es importante porque estamos seguros de que si todos los socios de la UEC hubieran tenido acceso a los datos económicos y hubieran atendido a las aclaraciones que se solicitaron en la Asamblea, estamos seguros de que la gran mayoría habría cambiado el sentido de su voto.

Esto es algo más que una sensación y quedó claramente de manifiesto en el resultado de las dos votaciones fundamentales de la Asamblea:

Aprobación de las Cuentas Anuales, que contó con 15 votos a favor, 4 en contra y 10 abstenciones; entre ellas últimas, la mayoría eran de nuestra candidatura, al considerar que era imposible emitir un juicio definitivo sin la realización de una auditoría, a lo que se opuso la Junta saliente.

Aprobación de la gestión de la Junta Directiva, que contó con los mismos 15 votos favorables, 8 en contra y 6 abstenciones. Si la Junta saliente –5 miembros presentes—no se hubiera votado a sí misma, su gestión habría quedado muy en entredicho.

O sea, que estamos seguros de que el resultado arrollador del que presume la candidatura ganadora es fruto sobre todo de la falta de información y de la falta de participación real en el día a día de la asociación de la mayor parte de sus miembros.

Como hemos prometido pragmatismo y datos, no nos resistimos a reseñar aquí una pequeña muestra de la magnífica información que se ha puesto a disposición de los socios. Empezaremos por el Balance de Situación.

Cuenta 300. Mercaderías A. 5.658,98. Al parecer son artículos (vinos y champagnes fundamentalmente) destinados a ‘futuros regalos’ a colaboradores externos. ¿Por qué se invierte ese dinero sin un destino concreto y sin ninguna necesidad?

Cuenta 433. Clientes empresas del grupo. 6.684,34 €. Al parecer son cuotas sociales impagadas; ¿por qué se les da ese curioso título?. ¿Se ha provisionado su más que posible impago definitivo?

Cuenta 540. Inversiones Financieras en Instrumentos de Patrimonio. 8.000 €. Bajo esta descripción se esconde uno de los pozos oscuros de la asociación: la fantasmal ‘Fundación para la Defensa de la Calidad de los Alimentos’. Desde hace dos o tres años hemos venido intentando en cada Asamblea aclarar por qué, para qué y con qué fondos se ha constituido esta Fundación, encontrándonos siempre con la callada o las vaguedades por respuesta.

Esta vez se concretó que bajo el impropio título de Inversiones Financieras se esconde la provisión de fondos a los Patronos de la Fundación para dotarla de recursos. Evidentemente los fondos entregados a una Fundación son siempre a fondo perdido, ya que la Fundación únicamente puede destinarlo a sus propias finalidades, sin que sean en ningún caso reembolsables ni generen ningún rendimiento a quien los entregó.

No quedó tan claro si estos fondos han sido anticipados a las personas físicas que ejercen como Patronos, miembros todos de una Junta anterior, en cuyo caso deberían reintegrarlos de inmediato, o si ha sido la propia UEC la que ha dotado la Fundación.

Como jamás ha habido la menor información acerca de los objetivos, actividades y resultado de esta Fundación –tampoco en esta Asamblea, por supuesto–, no se pudo ir más allá.

En todo caso la contabilización es errónea: o son fondos entregados a los Patronos para dotar la Fundación, en cuyo caso deberían aparecer en Deudores y ser reintegrados de inmediato, o la dotación la hizo directamente la UEC –muy improbable, ya que no aparece citada en ningún momento en los Estatutos de la Fundación–, en cuyo caso sería una donación efectuada por la UEC. O sea, un gasto.

También la Cuenta de Pérdidas y Ganancias daría para varios folios más, pero para no ser excesivamente pesados señalaremos solamente la imprecisión de algunos conceptos y lo llamativo de algunos gastos:

Cuenta 755. Ingresos por servicios al personal. 50.085,20 €. Se trata de las cuotas que abonan los socios; ¿por qué ese título tan impropio?.

Cuenta 629. Otros servicios. Un cajón de sastre en el que destacan las partidas de correo (26.500 €) y mensajería (28.000 €).

Por supuesto no existe una contabilidad analítica que informe verdaderamente de cómo se ingresa el dinero y en qué se gasta; además, se incumplen sistemáticamente los artículos de los Estatutos que obligan no solo a presentar las cuentas en los primeros 6 meses del año, sino que también obligan a la presentación –para su aprobación– del presupuesto del año siguiente.

Por querer saber más sobre todo esto y sobre muchas cosas más –y comunicarlo–, en nuestra candidatura enarbolamos el estandarte de la ‘transparencia’, sin ampararnos en paraguas como la Ley de Protección de Datos, Estatutos y otras zarandajas. También podemos lucir con orgullo el lema de ‘renovación’: en nuestra candidatura solamente 3 de los 8 candidatos habían ocupado anteriormente puestos en la Junta. En la Junta del señor Gurucharri repiten 7 de los 8 anteriores.

Por cierto señor Proensa, nosotros presentamos nuestra candidatura el último día –como el señor Gurucharri— pero le hacemos notar que a la hora del cierre del plazo para la presentación, la candidatura del señor Gurucharri no estaba correctamente formalizada, y que solo gracias a nuestra condescendencia pudo ser admitida fuera de plazo.

Como habrá podido observar en todo este larguísimo texto –a pesar de ello insuficiente— no hay la menor alusión ni valoración personal. Es una mera relación de hechos, comprobables por cualquiera y, a nuestro juicio, suficientemente graves y serios como para haber dado el paso de presentar nuestra candidatura, aun sin haber contado con el tiempo necesario para prepararla más a fondo por razones que usted tan bien conoce. Pero seguiremos trabajando en el objetivo que nos hemos propuesto.

José Luis González Cledera
Custodio López Zamarra
Juan Manuel Terceño
Jaime Bermúdez Murillo
Francisco del Castillo García
Juan Manuel Ruíz Casado
Juan Manuel Ibáñez
Cristina Tierno Conde
Jesús Bernad Dueñas
Jesús Donas Cubillo
Jesús Álvarez Yraola
Juan José Díaz Ocaña