Madrid, 19 de octubre de 2017. MS. – Su nombre, “3 Miradas”; los autores, Bernardo Lucena, responsable técnico de Alvear desde hace casi tres décadas, junto a los jóvenes enólogos que conforman Envínate, y el lugar, la sierra montillana. El objetivo era común, mostrar la singularidad de esta tierra en una colección de vinos elaborados a partir de la misma variedad pero de pagos y paisajes distintos. La idea es que cada botella muestre la personalidad de cada parcela de un viñedo clasificado, a lo largo de la historia, como “Calidad Superior de la Sierra de Montilla”.

Alfonso Torrente y Roberto Santana, del grupo Envínate, durante la vendimia.

Alfonso Torrente y Roberto Santana, del grupo Envínate, durante la vendimia.

El proyecto lo definen creatividad e investigación a partes iguales, partiendo del suelo como clave para marcar el carácter de las viñas y los vinos que de ellas proceden. Las “3 Miradas” responden a tres interpretaciones de la misma variedad, pedro ximénez de viñedos viejos, condicionadas por las parcelas, suelos, altitudes (hasta los 700 metros) y orientaciones. A partir de esta selección, la primera mirada en un vino de aldea, del pueblo de Montilla, fruto de una combinación de parcelas; la segunda es una mirada tradicional consistente en una colección de seis botellas, procedentes de tres pagos escogidos (Viña Antoñín, El Garrotal y Cerro Macho), donde cada vino presentan en dos versiones, maceración con pieles y sin pieles. Todos a partir de la PX madurada hasta los 15º y donde el velo de flor campa a sus anchas, ambas en elaboraciones con y sin pieles. Luego, la tercera mirada corresponde a unos vinos que están por llegar, y que son otra versión de esa colección de seis que en este momento se encuentran en bota bajo velo y que saldrá cuando consideren que ha alcanzado la maduración, sin necesidad de llegar a los 15 grados.

Sobre los vinos base de este proyecto, se trata de una selección realizada por los enólogos de Envínate de entre las distintas tinajas del histórico El Lagar las Puentes (1936) de Alvear. Elegidos los que consideraban con mayor potencial de envejecimiento, fueron después metidos en botas, cada uno con su crianza correspondiente. Esas tinajas guardan 25 vinos distintos procedentes de pagos de la Sierra de Montilla, algunos de ellos, como Cerro Macho, Antoñín o Garrotal, forman parte del célebre pago de Riofrío, uno de los mejores de la zona.

Botella Alvear BAJA_Vino_de_PuebloCon todas las variables señaladas, Lucena y el equipo de Envínate han ‘jugado’ sometiendo la uva de esos pagos a distintas elaboraciones, macerando unas partidas con pieles y otras sin ellas, para lograr un retrato de la diversidad de esos pagos montillanos.

La mayor parte del viñedo en propiedad de Alvear se encuentra en esa sierra, considerada la mejor de la región, muy cerca de Montilla y lindando con los municipios de Lucena y Cabra, en el sur de la provincia. Es especial por los suelos de albariza, pobres, con un alto componente de cal, capaces de retener el agua pero también por su poder drenante que impide que se acumulen agua y sales en exceso.

Fundada en 1729, Alvear es la segunda bodega más antigua de España y la más antigua de Andalucía, y en la actualidad la dirige la octava generación de la familia Alvear, con María, Luis y Fernando Giménez Alvear a la cabeza.

En cuanto a Envínate, es un grupo de asesoría en viticultura y enología que nació hace nueve años y está formado por Laura Ramos, José Martínez, Roberto Santana y Alfonso Torrente. Su filosofía, defender la naturaleza e identidad de cada terroir por encima de todo lo demás, buscando elaborar vinos singulares y únicos.