Viñas del Vero, visión desde el dron 1

Fotografías en las que cada color reporta información práctica relativa a cada planta.

Madrid, 1 de septiembre de 2014. MS. – Viñas del Vero se sirve de la última tecnología en la presente vendimia. Y es que se ha apuntado al empleo de drones que permiten, de un modo más sencillo, analizar las diferentes calidades de la uva y su estado de maduración a través de cámaras térmicas, multiespectrales, capaces de obtener datos fiables en longitudes de onda que no percibe el ojo humano. Los drones cuentan con una increíble potencia de visualización que les permite examinar cualquier rincón del viñedo, a partir de cientos de fotografías aéreas que ofrecen una altísima precisión.
A partir de esta tecnología, el equipo de Viñas del Vero puede controlar las diferentes labores que se llevan a cabo en la viña, como la poda individualizada, la dosificación variable de abonos y fitosanitario, además de obtener una información fiable relativa a la producción, maduración, grado de concentración y calidad potencial de la uva, lo que les permite separar calidades en el momento de la recolección.
Dado que con estos drones se puede conocer el estado real de las hojas del viñedo, con imágenes a buena resolución, facilita en bodega el análisis del estado sanitario de cada hoja, su contenido en clorofila o antocianos, su estrés hídrico, la calidad del fruto y su potencial producción. No obstante, José María Ayuso, director agrícola de Viñas del Vero, insiste en que, aunque es incuestionable la utilidad y servicio de esta nueva tecnología, “los drones nunca sustituirán el necesario seguimiento y control por parte de los viticultores y enólogos de cara a lograr la máxima calidad”. Un argumento asentado en la afirmación de que tanto la enología como la viticultura “no dejarán nunca de ser un arte, una especialidad en la que la intervención humana diaria es absolutamente necesaria”.
A través de la información obtenida con las fotografías, los técnicos de la bodega disponen de un mapa de vigor que representa el viñedo y en el que las diferentes tonalidades que aparecen aportan toda esa información relativa a cada planta, lo que les ayuda a decidir, con José Ferrer a la cabeza –enólogo de la casa–,  el destino de cada uva y/o variedad en función de sus objetivos y mercados.