Madrid, 24 de octubre de 2012. MS.- Son varios los parámetros que influyen a la hora de sacar conclusiones en lo que respecta al vino y su consumo. El comportamiento de los hogares es importante, y desde el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV) se ‘vigila’ muy de cerca, arrojando unos últimos datos relativos al primer semestre del año que muestran un crecimiento del consumo de vino en casa del 3,5 por ciento, lo que supone rozar los 205 millones de litros. Aunque la facturación se mantuvo casi invariable (-0,1%) en los 446,7 millones de euros, pues la caída de precios de junio bajó la media un 3,4%, esto es, hasta los 2,18 euros por litro. Son los vinos tranquilos con denominación de origen los que lideran las ventas en este primer semestre (el 50% del total), aunque la facturación cae levemente hasta los 223,4 millones de euros. En lo que respecta al cava, el consumo alcanzado en junio minimiza la caída registrada en esos seis meses, situándose en un –0,3%, pero de nuevo se registró una fuerte bajada de precios (-10,5%) que redujo la facturación un 10,7%.Con estos datos en la mano, es evidente que el ansiado y necesario consumo requiere de un comportamiento distinto para que sea positivo desde todos los puntos de vista, tanto por calidad, como por cantidad y facturación. En este sentido, el Grupo Decantia- Lugardelvino, dedicado al asesoramiento enológico, la consultoría tecnológica, pero también al marketing y la distribución de bebidas, entre otras actividades, acaba de publicar un estudio sobre hábitos de los consumidores españoles sirviéndose de su implantación en 16 provincias, en los canales mayorista y minorista, y de su actividad on-line.

En sintonía con los datos aportados por el Observatorio Español, en este estudio se señala que el consumo de vinos, a causa de la crisis, se ha desplazado del llamado canal horeca (acrónimo de hotel-restaurante-catering) al ámbito privado y que en el restaurante cobra peso la venta por copas. En cuanto al gusto del cliente, sigue apostando por los vinos con denominación de origen, principalmente de Rioja y Ribera del Duero seguidos por los de Castilla-La Mancha (de diversas denominaciones), Galicia y Penedés. Este estudio afirma, además, que los consumidores habituales se localizan en el noreste del país, País Vasco, La Rioja y Navarra, y luego que, a la hora de escoger una referencia, la añada es determinante en el sur, el tipo de uva en la zona centro y la crianza para los mayores de 45 años.

En el momento de la compra ganan protagonismo las tiendas especializadas e internet, unas por variedad y asesoramiento personalizado, y la vía on-line por precio y comodidad, generalmente. No obstante, el ticket medio cae un 30 por ciento con respecto a años de bonanza y abundan la venta de etiquetas de 7 a 14 euros si se trata de tintos, y de 6 a 10 en el caso de los blancos. Entre los primeros, el cliente opta por jóvenes y crianzas, al tiempo que caen en picado los blancos fermentados en barrica frente a los jóvenes más frescos y frutales. Señalan además que aumentan las ventas de vinos espumosos y que, gracias al auge del enoturismo, la venta directa en bodega comienza a tener importancia como método de comercialización.

Continuando con el comportamiento del consumidor, este estudio reconoce que está cada vez más informado, siendo internet su principal fuente de información seguida de las amistades y la prensa especializada… (¡y no lo decimos nosotros!), lo que contribuye, explica, a que se empiece a dar oportunidad a bodegas y marcas menos conocidas. Apuntan, además, que el cliente esporádico crece sensiblemente, sobre todo en menores de 40 años y mujeres. Por último, se reconoce el mercado exterior como la vía de salvación para muchas bodegas y para el sector en general, aunque “no son pocas las que han sucumbido a la crisis”, concluye el estudio.